Logan Cale

En un día como ese prefería estar completamente solo, sin que nadie le molestara. Por lo que simplemente se saltó las clases, alejándose de todos y de todo. Caminando silenciosamente para evitar ser reprendido y enviado a sus clases habituales.

Deseaba que las horas pasaran rápidamente, estaba seguro de que habría luna llena tan pronto cayera la noche, tenía tantos deseos de admirarla. Desde joven había conseguido dominar sus cambios de estado bajo la influencia de la luna.

Aquellas épocas dónde el instinto les ganaba, habían quedado atrás. Durante el inicio de la guerra tuvo que arreglárselas para sobrevivir. Tal vez por esa razón se había transformado en un completo ermitaño, sin embargo, aún conservaba su buen corazón, aunque lo tenía bastante  protegido para evitar ser lastimado una vez más.

Tan solo una vez en su vida había amado completamente, pensaran que con su juventud lo olvidaría rápidamente y en algún tiempo encontraría a alguien especial. Sin embargo, eso nunca ocurriría o por lo menos eso pensaba él.

Su corazón hecho pedazos, así es como lo dejó ese recuerdo imborrable de su cabeza, pero ese no era el momento de pensar en esa cosas, solo debía enfocarse en el presente y en su misión. Los licántropos no se fiaban de los vampiros, por lo que habían mandado a un par de ellos a vigilar de cerca cada uno de sus movimientos. Reportando todo después al alto mando.

Logan no sabía exactamente que le esperaba detrás de esos muros, pero estaba completamente decidido a averiguarlo. De una forma u otra esperaba que todo terminara.

Sin embargo, eso lo haría otro día, porque en ese preciso momento se encontraba intentando olvidarlo todo y disfrutar de esa hermosa luna resplandeciente en el firmamento. Bueno o eso esperaba hacer en cuanto el cielo oscureciera y las estrellas comenzarán a brillar en lo alto.

Mientras tanto se tiraría en el pasto a dormir un poco en espera de esas horas tan deseadas.